Le pusimos tiburona porque sus fauces son grandes y llenas de afilados dientes. Al parecer su aliento atrae a los bichos, pero muchas veces esa atracción puede resultarles fatal...
Cuando compramos esta pequeña planta carnívora para Oliver, nunca imaginé que realmente fuera capaz de cazar nada por sí misma. Al principio, le daba moscas y bichos poniéndolos directamente en sus fauces, como dándole de comer en la boca a una especie de monstruo bebé vegetal. Pero luego, empecé a encontrar bichos muertos en sus hojas, que no le había puesto yo. Y lo más sorprendente es que incluso se veían mosquitas y otros bichitos rondándola constantemente, como si su compañía les resultase agradable y amena. Insensatos!
Como se recomienda que reciba la luz del sol directa varias horas al día, por las tardes la sacamos a la terraza. En una de esas salidas, apareció una avispa que apenas dio tiempo a coger la cámara y tomar unas pocas tomas. Tras dos o tres vueltas sobre la planta, la desafortunada se posó sobre una de las hojas y ésta se la comió en menos tiempo del que lleva leerlo.
La avispa aún sigue en el interior de la planta, la digestión será lenta...