En esta espinosa y agreste flor de quién sabe que cardo estaban estas hormigas negras que fotografié. Ignoro que provecho obtendrían de ese aparentemente estéril abrojo, pero creedme, ninguna hormiga va haciendo el tonto por ahí sin un plan sólido que la respalde.
Al fondo, una espiga de trigo salvaje y una roca gris.
No hay comentarios:
Publicar un comentario