Este bicho no es una abeja. Es una mosca. No por ello tiene que parecernos menos trabajador o peligroso; está claro que le gusta el polen y esa trompita que tiene le delata, al igual que su actitud. Pero se hace la abeja, por si vienen a molestarla. Uno de estos días, de tanto doblar ese papel, acabará confundiéndose y se presentará al panal que hay en el barrio; y la recepción, les aseguro que no será buena. Bzzz.
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