No hay casi ningún insecto negro que haga un buen posado. Su particular actitud de atraer todos los rayos del sol y no devolver ninguno hace que ellos y su sombra sean meras manchas con algún relieve. Claro que podría haberlo trasladado a un sitio con la luz adecuada pero es que no nos entendíamos y al parecer, el insecto anhelaba volar y zumbar.
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