sábado, 7 de septiembre de 2013
Cuando todo esté seco y yermo, yo seré tu flor.
Cuando el sol ajusta su cinturón de rayos, en la tierra nos asamos a fuego lento. Busca el perro la sombra y el humano la acompaña con bebidas frescas, aire acondicionado y tevé. Mientras tanto en la sierra, lo que fue verde hoy es amarillo o marrón; y las flores, tristes palos secos sin pétalos que a veces reciben la visita de una mariposa al tono, y que las visten para la ocasión.
Una mosca de gimnasio adicta a los esteroides
Este tipo de mosca musculada en gimnasio hasta la hipertrofia apareció entre las pajas secas del terreno de mis suegros. Como se ve claramente, tiene un cuerpo diseñado para la velocidad. La parte más desarrollada de su tórax encierra un potente motor de 250 caballitos de mar que da poderoso impulso al veloz batir de sus alas. Probablemente emparentada con los tábanos, antenas cortas, mirada poliédrica y mucha desconfianza en general. Se dejó fotografiar sin inmutarse, porque le prometí que sería portada de mi blog, pero en cuanto vio un pájaro merodeando, se largó al gimnasio a seguir con sus rutinas de infarto.
A plato puesto...
Este vídeo de dudoso nivel científico lo edité con escenas rodadas en Villa Giardino, Argentina en marzo de 2012. Un bonito ejemplar de araña argiope argentata nos demuestra sus habilidades de tejido y confección de camisas apretadas de seda blanca para insectos voladores y saltadores. Con la inestimable colaboración de campo de Pedro y Oliver Merlin.
viernes, 6 de septiembre de 2013
Las rebajas del verano; (sólo nos quedan tonos ocre)
La semana pasada fuimos a la sierra. Llevé conmigo la cámara sin mucha ilusión, porque a esta altura del verano, sólo quedan los saldos que los pájaros, murciélagos, sapos y culebras han dejado en los estantes de la naturaleza mínima. Y para peor, sólo los hay en tonos marrones, ocres, amarillos sucios y toda la gama que permita el ocultamiento y la exclusión del sistema digestivo de cualquier vertebrado que pretenda integrarlos o fotografiarlos.
Y es natural, porque los tiempos locos de la primavera quedaron atrás, y ahora los que sobreviven son marrones, listos como el hambre y decididos a morir de viejos. Por ello se mimetizan en caminos y piedras, juegan al escondite y a la estatua; y llaman menos la atención que el bisabuelo muerto.
Bajo estas palabras, disfrazados de paja y tierra; algunos de los supervivientes del gran naufragio universal que insistimos en llamar vida.
Una mariposa marrón amarillento se posa sobre una flor seca como las ubres de una vaca momificada. No aceptará que nos acerquemos demasiado, lleva todo el verano (bueno, al absurdo período de tiempo de la vida de una mariposa que pudiera llamarse verano) escapando a picotazos y deseos. Su destino es incierto, sus antenas cortas pero gruesas y no es cierto que sintonicen la TDT.
Un saltamontes pardo con un "extravagante" detalle en ocre claro, más aburrido que unos pantalones de pana del mismo tono, echa la pupila derecha a cámara con la misma actitud que un suicida al borde de una cornisa que le grita al poli: un paso más y salto! Por cierto, a este muchachito lo encontró Oliver y así me lo recuerda antes de irse a dormir.
Cara al sol; quizás una mariposa fascista, o quizás sólo por hacer la sombra más estrecha; seguir disfrazada de pedregal, continuar la dura tarea de vivir otro día más desapercibida hasta para sí misma.
martes, 27 de agosto de 2013
Las moscas de la fruta no tienen corazón; ni existe la palabra piedad en el diccionario de las arañas.
La verdad es que venía distraída pensando en sus cosas. Cosas de mosca de la fruta. Una lista larga de la compra de olores en el buffet libre del regazo del río seco; sus vecinas las cigarras que están de fiesta y no dejan dormir a las larvas, en fin, que no la vio.
Se quedó colgada en el aire, interrumpida, con cara de mosca de la fruta tratando de pronunciar "huevo" en francés: Oeuf!
Entonces la vio de verdad y a todos sus ojos; y como las moscas no tienen corazón, le dio un vuelco a la parte pulsátil del tubo longitudinal dorsal; se le heló la hemolinfa en el sinus pericardial y ya, sin ponernos finos, se cagó encima.
Y ya sabéis. No existe la palabra piedad en el diccionario de las arañas.
Argiope argentata española (muy similar a su prima americana pero con acento local) comiéndose a una pequeña mosca de la fruta sabor melocotón.
Fotos: Merlin
lunes, 26 de agosto de 2013
un mosquito como la copa de un pino & otros horrores de la naturaleza.
Este ejemplar que vemos lo capté a fines de la primavera en la sierra de Madrid. Parece un inocente mosquito con un buen macro, si no fuera porque no use macro y tuve que alejarme varios metros para que entrara completo en la imagen. Vale, estoy exagerando. Pero era casi del tamaño de una botella de cocacola; si no puse una a su lado para verificarlo es porque temía que se la bebiera. Era tan grande, que podrían usarse esas alas para ponerlas en una avioneta; y si le hubiera visto algo semejante a un pico, hubiera corrido gritando histericamente : no quiero morir, no quiero morir, quiero vivir por siempreeeeee!
a cara y cruz en el prado de las flores.
La primavera la sangre altera y a otros fluidos menos densos también afecta; como la hemolinfa que corre locamente por el interior de los insectos que se precien de serlo. En la foto, vemos a una araña comiéndose a una mosca; incauta voladora de la pradera que se posó en la flor equivocada. Ejemplos de esto encontramos a diario, y a veces hacemos paralelismos con relaciones humanas que no vienen a cuento, ni a poesía.
A esta mosca incauta
una araña la ha atrapado
y en un visto y chupado
la hemolinfa del díptero
al arácnido ha pasado.
Cada margarita es una historia; así, cada mundo es un pañuelo y los mocos son las lágrimas de todas esas madres que lloran a sus larvas en las mañanas de primavera. Y es que, amigos, la vida continúa ajena a cavilaciones o reflexiones inanes; mientras yo le escribo esto a usted, quizás una mosca está muriendo a quelíceros de alguna araña. Y esa araña, muy de moda en su flor, apetecida por un pájaro conirrostro que a su vez tiene relamido a un gato que es la insana obsesión de un perro que no conozco.
Quien quiera ver en todo esto un sentido de la vida, es posible que esté intoxicado; yo sólo insinúo que quizás no seas más que otra mosca en el prado de margaritas. Y en ese caso, yo soy un saltamontes.
Patitas de polen, lomito de vinchuca. Estos bichitos; emparentados con las mariquitas, vendrían a ser como los primos heavy de las anteriores. No es que vayan en Harleys, pero calzan chaquetas de cuero con adornos y estoy seguro que se aguantan varios rounds de una pelea a puñetazos contra cualquiera de sus primas con motitas. Estos poco simpáticos bichitos trompetean el polen sin meterse en broncas; y cuando llega el otoño se arremolinan todos juntos en la rama de algún árbol en una orgía indescriptible de movimiento a cámara lenta. No me gustan estos bichos, y ojalá venga una araña y se los coma. Punto.
Aunque no he logrado dar con su nombre exacto; pongámosle Mario, este antipático bichejo es de la familia de los hemípteros que como la etimología sugiere, parece sólo tener medias alas; siendo la parte superior de éstas dura y la basal membranosa.
Al parecer, existen unas 65.000 especies en todo el mundo aunque no llegué a contarlas personalmente; y la
característica principal es que poseen un aparato bucal succionador con piezas perforantes con el que extraen ya la savia de una planta, ya la sangre de un mamífero. Es decir, lo que viene a ser una chinche colorida; ésta en particular, adicta a la sangre de margarita. So vampira!
saltamontes; ready to take off
Este saltamontes, como tantos otros bichos del campo, encuentra sumo placer en encaramarse a una margarita y sentirse el rey del mundo. Actos megalómanos como ése, suelen verse interrumpidos por el vuelo sagaz de un plumífero, o por el ataque artero de una araña. Sin embargo, este colorido ejemplar no conoció tamañas derrotas; antes que ello lució sus rojos y verdes hasta que nos perdimos de vista. ¿Que será de este muchacho hoy?
lunes, 6 de mayo de 2013
Y el matón de la margarita es...
Este morenito de patas peludas es uno de los matoncillos que se dejan caer por el prado de margaritas que hay a unos metros de la cabaña que alquilamos en Las Hurdes. Podría darme a fantasear sobre su genética o su sexo, pero las evidencias y mis escasos conocimientos arácnidos me indican que se trata de un ejemplar macho de las arañas cangrejo de las flores. Sus largas patas delanteras, su pequeño tamaño y la coloración lo delatan. Eso, y estar posado en un capullo de margarita, de cara al sol y esperando la comidita. Que llegó. Aunque no pude fotografiarlo, este jovencito había capturado a una mosca de las frutas que sorbía con dejadez cuando lo encontré. Tiró con desdén propio de su adolescencia el envase al acabarlo, y me consta que el exterior seco de la mosquita no acabó en el contenedor amarillo. A pocos metros de allí, una arañita cangrejo hembra lo observaba con una mezcla femenina de hambre y fastidio.
Tengo todos mis ojitos puestos en ti; soy milímetros en tu mundo pero en el mío soy el señor de mi flor.
En primer plano la araña; al fondo Oliver saluda tan fuera de foco que para volver tuvo que presentar el pasaporte de visibilidad.
Jugando al lobo está detrás de una hoja de margarita; bueno, al misumena vatia está. Y allí seguirá, imagino. Mis tomas no resultaron lesivas para su salud, en todo caso, tampoco es que le haya cogido su mejor perfil...
Aunque de punta a punta este jovencito no supera el centímetro coma poco, no me gustaría estar a la altura de sus abrazos; ni de sus besos, vaya...
viernes, 26 de abril de 2013
En la cueva de las hormigas abogado & otras falacias del poder judicial invertebrado
En los 8 años que llevo viviendo en este barrio, me he preguntado varias veces adonde señala realmente ese cartel que pone: "abogados" que hay en la esquina. Pues vale; hoy me di cuenta que apunta directamente a un pequeño agujero practicado legalmente en la pared por esas hormigas abogado que suben y bajan por una ruta imaginaria hacia lo que debe ser alguna clase de hormiguero de la magistratura; o un agujero del poder judicial. En la ampliación de la fotografía vemos el hall de entrada y varios letrados probablemente fumando en la puerta. Un poco más abajo, una hormiga de la oficina del fiscal entra por la fuerza a un desahuciado miembro de la clase media que será convenientemente desmembrado y repartido entre las otras hormigas abogado en concepto de costas judiciales.
jueves, 25 de abril de 2013
Una mosca avispada
Esta jovencita que rara vez he visto posada y menos aún con una cámara a mano, es un ejemplar de la mosca avispa de as flores. Una listilla que se pone su disfraz de avispa para que de lejos nadie se le atreva pero seamos sinceros; a dos pasos se ve que sos mosca y das menos miedo que una foto de winnie pooh. A esta mosca es común encontrarla volando en un punto fijo, manteniendo un excelente control de posición aunque sin el uso de las reglamentarias luces de navegación aérea. Se alimenta principalmente del néctar de las flores, pero sigue siendo una mosca. No nos engañemos. La verdad, es que dudo mucho que esta fina señorita pasara volando sobre una buena cagada de Bulldog sin sentirse tentada a picotear un poco. Ya saben, el que nace para mosca rara vez llega a avispa...
Mosca avispa de las flores Episyrphus balteatus
viernes, 19 de abril de 2013
Un cierto hormigueo en las tripas..
Ajenas a todo entendimiento formal, estas dos criaturas han tomado el camino erróneo, el que el zen jamás señalaría y que además afea el tapete plastificado de la mesa; llevando las de perder claramente la mantis, mientras la hormiga se concentra en hacerle entender la expresión hormigueo en la tripa.
No es amor mantis, es sólo una cuestión de negocios...
Si a morder en plan hormiga le llamamos esto, y le ponemos esta imagen debajo ya tenemos un estereotipo. O tipa. Da igual, esta hormiga se pone ha hacer el pino con las mandíbulas cuando se trata de morder religiosas...
jueves, 18 de abril de 2013
Margaret Crabnet; portera de margaritas
Esta señorita que vemos bajos estas líneas, no es otra que Margaret la araña cangrejo de las flores. A diferencia de la gran mayoría de sus parientes, no teje una tela para atrapar a su alimento vivo. Prefiere, por decirlo de alguna manera, recibir personalmente a todos los insectos que visiten la margarita que ese día ha elegido para esperar. Y espera... espera... hasta que llega una mosca, una abeja, o incluso una avispa. Tiene cuatro patas perfectamente diferenciadas de las otras cuatro. Las delanteras son largas y acaban en dos afilados ganchos que recuerdan las pinzas de un cangrejo. Con ellas se abalanza hacia su presa antes de darle el beso de la muerte. (oh nena!) Su cuerpo plano, también recuerda a uno de estos parientes lejanos del mar. Sus cuatro patas posteriores son cortas y las utiliza principalmente para moverse. Produce un pequeño hilo de seda con el cual se "ancla" a la flor para evitar caídas peligrosas en medio de sus refriegas con los visitantes de la flor.
Desde el punto de vista romántico, la primavera es la ruina misma para muchos lepidópteros, himenópteros, dípteros y alimañas de toda clase que pretendan quedar en una cita a ciegas con alguien, digamos, en esta flor. Una inocente cita de novios a picotear, libar o sorber de esta margarita y ya tienes una cita directa con el sistema digestivo parcialmente externo de esta araña de las flores.
¿Que ironía más cruel puede escribirse en ese petalario de me quieres muchos, poquitos y nadas?; ese deshojar la vida como si un día pudieras arrancar un pétalo blanco para hacerle un vestido de boda a tu amada mosca de la fruta, y al otro una araña de las flores te arranca de tu vida y te deja en las cáscaras mismas de tu ser, momificado en tu trono mortuorio, incorporado a la corola de tu corolario; en fin, formando parte de la flor que recuerda tu breve paso por la tierra.
Fraticidios, mandíbulas & otros hormigueos...
Con la llegada de la primavera, muchos artrópodos, bípedos, trípedos y otros seres caminantes se lanzan literalmente a la aventura. En el microcosmos insecto, esto significa una orgía de violencia y rapiña; pillaje, invasión, emboscada, lucha intestina y anal. En ese todo vale, un buen camino de hormigas negras aderezado por la vigilante mirada de los soldados del batallón no es la clase de paseo rural típico que cualquier buen insecto querría encontrar. Las hormonas a tope, las antenas atentas, y muchas ganas de bronca; de montar una auténtica pelea de bar. Aquí debajo, enfocadas por el insistente clic de mi cámara, estas dos jovencitas acaloradas dirimen con argumentos mandibularios una disputa cuyo origen, sinceramente, desconozco. Un fraticidio en progreso, hormiga contra hormiga; la de la derecha en este momento parece dominada por la pequeña de la izquierda, pero el aspecto de su abdomen no promete unas digestiones muy completas...
Esta hormiga -que en el momento de la foto mira a cámara- paseaba su sombra por una piedra de la sierra madrileña. Ajena al triste enfrentamiento de sus primas de arriba, se limitaba a controlar la distancia de mi lente a su mandíbula y a erizar los ralos pelillos del abdomen como si pudiera atemorizarme.
HORMIGA MIRANDO AL SUDESTE
Ajena a mi dolor (me acababa de clavar una espina en la rodilla) este precioso ejemplar de la soldadesca de Palazzo Formis se asoma desde lo alto de una piedra de diez centímetros de altura y mira al sudeste o no; ofreciéndonos su cerviz negra como la axila de un grillo, su espalda a juego y su culo bandas rojas y negras que recuerdan a la camiseta del Milan AC.
Y entonces se volvió y me dijo te quiero...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)